¿Quien hubiera pensado que una obra de arte basada en una idea científica puede estallar como un auténtico Big Bang intelectual y arrastrarnos en un viaje trepidante que nos lleva desde los átomos a las galaxias y que pasa por la música, la filosofía, el arte, el cine, la química, la poesía, el teatro, la danza, la astrofísica, la educación, la arquitectura, la pintura, la física cuántica, la religión o las matemáticas?
Seguro que cuando la artista Eugènia Balcells concibió el mural Homenaje a los elementos, una tabla periódica construida con los colores únicos y distintivos de cada elemento, no lo esperaba. Después de la ambición de totalidad que había plasmado en la instalación Universo, Homenaje a los elementos debía ser un apunte, una nota a pie de página.
Pero los caminos del arte son inescrutables. En este libro tentacular aportamos la sabiduría de personalidades de diversos campos del conocimiento y la creación justamente para escrutarlos.